La inspección ocular es una de las primeras diligencias que deben realizarse en muchos delitos. Una realización meticulosa y rigurosa puede ser la clave para lograr su esclarecimiento.
Un esquema del procedimiento a seguir puede ser el siguiente:
1º) Protección de las posibles huellas o vestigios, utilizando siempre guantes, en esta fase y en todas las siguientes
2º) Hacer primero la inspección ocular de una forma genérica.
3º) Hacer las fotografías de conjunto y de detalle antes de tocar nada poniendo siempre testigo métrico. Recomendable también el vídeo.
4º) Rodear de tiza todo lo importante: el cadáver, la pistola, los casquillos, los proyectiles, etc., todo esto por supuesto en el caso de que existan y se encuentren.
5º) Señalar la posición de los cartuchos en las recámaras del tambor de los revólveres.
6º) Adoptar todas las medidas de seguridad concernientes al arma.
7º) Evitar manipulaciones y contaminaciones.
8º) Hacer un croquis, primero con las distancias inamovibles (pared, puerta, etc.) y posteriormente con las distancias relativas del cadáver, pistola, etc.
9º) Se pasa a estudiar el arma: dónde está, cómo está. Teniendo en cuenta detalles como, por ejemplo, si la pistola se ha caído en el lugar donde se encuentra existirá una huella del golpe en el suelo, existirá una muesca y sabremos aproximadamente desde que altura ha caído.
10º) Remitir casquillos y proyectiles recuperados al Laboratorio de Criminalística
11º) Utilizar embalajes apropiados.
12º) No mezclar en la remisión las muestras.
13º) Enviar fotografías y ficha técnica al Laboratorio Central
14º) Notificar cualquier vicisitud.
15º) Proporcionar toda la información posible.
16º) Si es un suicidio, la víctima tendrá en la mano que disparó residuos de la combustión de la pólvora y de la explosión del iniciador. En estos casos de suicidio, siempre es conveniente obtener muestras de residuos a la víctima para su estudio en el laboratorio.
17º) Estudiaremos los impactos, que nos ayudarán a determinar las TRAYECTORIAS y las DISTANCIAS.
Hay que tener en cuenta, que un proyectil disparado es casi imposible que quede sin deformar, siempre queda abollado, aunque sea en un mínimo grado.
Hay que aconsejar al forense que al coger el proyectil del interior del cuerpo de la víctima tenga mucho cuidado. Si lo puede hacer con la mano, es decir, sin pinzas, es lo mejor, en su defecto con unas pinzas con una protección de tela o de plástico, ya que las pinzas normales pueden dejar sus huellas en el proyectil, lo que dificultará en extremo su cotejo.
Si el proyectil se encuentra incrustado en la pared u otro lugar, en cuyo caso seremos nosotros los encargados de obtenerlos, aplicaremos los mismos principios enunciados anteriormente, fundamentalmente el de no tocarlo nunca con instrumentos metálicos. Si por ejemplo está en la pared o en un árbol, se abrirá el agujero todo lo que sea necesario, hasta que casi caiga por si solo.
Cuando se envíen al laboratorio, se introducen en un tubo de ensayo con algodón.
Si es una escopeta la que ha intervenido en el delito, tendremos el problema de la trayectoria. El taco que sale con los perdigones, nos marcará un primer atisbo de la misma.
18º) Otro dato muy importante a analizar es dónde se encuentran los casquillos, si es que existen.
Si en la inspección ocular no se encuentran casquillos es que se ha utilizado una escopeta manual, un revólver, un arma de avancarga, o bien que el delincuente ha recogido los casquillos. En todo caso, el análisis del proyectil nos determinará la identidad del arma.
En este punto hay que considerar que sólo se encuentran huellas en un 3% de los casquillos, ya que se quema el aceite que lleva las huellas (en el caso que tenga).
Hay que procurar que no sufran nada los culotes, para posteriores cotejos identificativos.
19º) Siempre se recoge el arma por las cachas o el guardamontes, pero nunca por superficies lisas, debido a las huellas dactilares que pudieran existir.
También hay que tener cuidado al recogerla, pues no sabemos si estará montada, por lo que NUNCA SE RECOGERÁ CON UN BOLÍGRAFO POR EL GUARDAMONTES POR SI SE DISPARA.
Tampoco LA RECOGEREMOS NUNCA CON UN BOLÍGRAFO POR EL CAÑÓN, PUES ELIMINAREMOS LOS RESIDUOS Y ALTERAREMOS LAS SEÑALES DEL CAÑÓN, que posteriormente nos servirán para identificar al arma que realizó el disparo.
Hay que tener en cuenta que si es un suicidio, dentro del cañón tendremos piel, pelos, masa encefálica, etc., debido al efecto ventosa.
20º) Una vez recogida el arma, en el laboratorio realizaremos un estudio minucioso de ella, analizando en primer lugar como está el arma: montada, con seguro, con manchas de sangre, de óxido. Obtendremos las huellas que pudiera tener, etc.