La Queisloscopia es la ciencia que identifica a las personas por la huella de los labios. Los labios de las personas varían principalmente en grosor y abertura en relación con la raza, sexo y edad fundamentalmente.
Los surcos y huellas labiales son individuales. Sin embargo algunos autores ponen reparos a este sistema pues se ha encontrado idéntica formulación en algunos gemelos univitelinos y también se ha demostrado que algunas patologías las alteran, y lo que es peor para la identificación, van evolucionando con el paso de los años.
También tienen el inconveniente de que los labios desaparecen con la deshidratación del cadáver o su putrefacción.
Este sistema identificativo está basado en los pliegues de flexión.
Los japoneses son los que más han desarrollado estos estudios, y en especial S. Tsuchimasi, quien propuso el sistema de formulación utilizado actualmente.
También la cátedra de Medicina Legal de Sevilla ha estudiado profundamente este sistema.
Locard cuenta en sus obras que en un par de ocasiones identificó a los autores, en este caso autoras, de sendos anónimos por los besos con carmín que habían dejado marcadas sus huellas labiales en el papel.
Se suelen identificar estas señales en sobres y cigarrillos.